es como una belleza sin palabras,
aparece, nos toca,
deja su aroma,
su frescura, como un rio,
como una mirada,
o quizás como una hoja que resbala.
la luz con su ternura,
nos cura de los malos recuerdos,
que perduran en los sueños,
y que a veces
se apoderan de nuestra memoria.
Se presenta en algunas ocasiones,
te acaricia,
se pasea ante ti,
y entonces no puedes dejarla escapar,
porque no sabes,
cuando repetirá su paseo ante tu mirada.
Cuándo la sientes,
en forma de sonrisa,
amor o amistad,
rodéala con sus brazos,
acariciála con la suavidad de tu brisa,
bésala con el más cálido de tus besos,
y quédate con ella para siempre,
porque solo ella,
te hará sonreirle a la triste nostalgia.
Esecrita en Granada, 26 de Enero de 2005